La importancia de la detección temprana en el Trastorno del Espectro Autista

L

a Asamblea General de las Naciones Unidas acordó desde el año 2007 designar el 02 de abril como el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que presentan ese diagnóstico. 


En nuestro país hay mucho camino que recorrer (como el desarrollo de programas de intervención temprana, acceso a tratamientos, educación inclusiva, etc.) pero al unirnos por una misma causa se va avanzando más a la meta. Este documento busca contribuir mediante la trasmisión de los conocimientos que manejamos respecto al Trastorno del Espectro Autista (TEA) ahondando temas tales como la detección temprana, el desarrollo de la comunicación, la percepción y socialización en personas con este diagnóstico.  

Uno de los mayores logros en la investigación del TEA radica en la detección temprana de síntomas atípicos, facilitando una intervención más efectiva. Por ello compartimos un cuadro con los principales hitos del desarrollo en la comunicación y socialización de un niño neurotípico.

Desarrollo esperado de la comunicación y socialización en un niño
Gestación Semana 20
El bebé reacciona ante la voz de su madre acelerando su ritmo cardiaco.
De 0 a 1 mes
El bebé presenta atención a los sonidos o gritos. Se comunicará a través del llanto buscando la satisfacción de sus necesidades.
2 meses
Produce ruidos y llanto diferenciados según la necesidad del niño o la causa que lo produce. Sonríe en respuesta a la presencia de un familiar.
3 meses
El bebé presenta atención a los sonidos o gritos. Se comunicará a través del llanto buscando la satisfacción de sus necesidades.
4 meses
Existirá mayor interés hacia las personas y los objetos, se da cuenta que los sonidos que emite producirán un efecto en su entorno. Aprenderá la función de la comunicación verbal, por ende las vocalizaciones y gorjeos aumentarán de acuerdo a la estimulación que reciba.
5 meses
Por medio de los balbuceos empezará a “conversar” con las demás personas, emitirá más vocales unidas a consonantes para formar sílabas “ma”, “pa”, “ba”, “ta”.
6 meses
Por medio de los balbuceos empezará a “conversar” con las demás personas, emitirá más vocales unidas a consonantes para formar sílabas “ma”, “pa”, “ba”, “ta”.
8 meses
Es la etapa del “parloteo”, el bebé emitirá más sílabas a modo de respuesta a sus conversaciones, por ejemplo “da-da”, “ma-ma”.
10 meses
Responde a su nombre y a consignas simples tales como “no”, “ven”. Vocaliza de manera más articulada, empieza a imitar palabras.
12 meses
Imita las palabras y la entonación de los adultos. Comprende órdenes y prohibiciones. Dice 2 o 3 palabras en promedio. Puede dejar de prestar atención a un objeto para dirigirla a una persona. El niño levanta sus brazos para ser cargado por un cuidador.
18 meses
Su nivel de comprensión mejora notablemente, empieza a pedir cosas señalando o nombrando. Puede comunicar correctamente un promedio de 10 palabras, señala algunas partes de su cuerpo cuando se le solicita.
2 años
Se interesa por la comunicación verbal, es capaz de expresar frases de dos o tres palabras y utilizar algunos pronombres personales (mío, tu, yo).
3 años
Existe un incremento rápido del vocabulario y su lenguaje ya es comprensible para cualquier adulto. Emplea el lenguaje para comunicarse con los demás y también cuando juega solo.
4 años
A esta edad el niño prácticamente domina la gramática, su vocabulario, pronombres, verbos y artículos. Emite preguntas y empieza a desarrollar funciones ejecutivas tales como la planificación, inhibición de conductas y tiene mayor flexibilidad cognitiva.

Mientras que en caso de niños con sospechas de un trastorno del espectro autista se
observan estas señales de alerta: 


Al identificar en un niño estos síntomas es importante solicitar el apoyo de profesionales de la salud, de modo que se pueda realizar un diagnóstico claro y temprano. Aún no se cuenta con pruebas médicas, genéticas o psicológicas que por sí solas indiquen la presencia o ausencia de autismo. Motivo por el cual se realiza un trabajo conjunto con diversas disciplinas, basándose en manuales diagnósticos como el CIE 10 o el DSM V, entrevistas a padres, cuestionarios, aplicación de baterías de pruebas psicológicas y en especial observación de conducta. 

Se debe tomar en cuenta que la necesidad de delimitar un diagnóstico temprano responde a que ello nos permite tener mayor claridad acerca de qué esperar y cómo afrontar los desafíos que demanda la crianza de un niño con autismo. Ello no implica «etiquetar» a nuestros hijos puesto que cada niño es diferente y cuenta con diversos recursos (atención a detalles, memoria visual, búsqueda de orden, etc.) y necesidades, siendo nuestra labor ayudarlos para que sigan creciendo fuertes y felices.

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Baron-Cohen, S, Tager-Flusberg, H, and Cohen, D.J. (eds,) (2007) Understanding other minds: perspectives from developmental cognitive neuroscience – 2nd Edition. Oxford University Press.

Happé, F. (2007). Introducción al autismo (M. Núñez, Trad.). Madrid: Alianza Editorial.

Ministerio de Salud y Protección Social – MINSALUD. (2015) Protocolo clínico para el Diagnóstico, Tratamiento y Ruta de Atención Integral de Niños y Niñas con Trastorno del Espectro Autista. Colombia.

Papalia, D. (2012) Desarrollo Humano. México D.F.: McGraw-Hill.

Autora: Ps. Denisse Pineda Gonzales
Psicóloga del
Instituto para el Desarrollo Infantil ARIE