El papel del adulto en el juego del niño

El papel y el acompañamiento del adulto es fundamental, se puede acompañar con la mirada, verbalmente, con una caricia o cogiendo en brazos. La relación infante adulto es sumamente importante además de que es responsabilidad del adulto procurar para que el infante disponga del tiempo, el espacio y la confianza para que pueda desarrollarse con tranquilidad.

Organización del espacio y materiales

Es fundamental pensar en un espacio que promueva y facilite este movimiento libre y esta actividad autónoma. Esto quiere decir que será un espacio seguro, en el cuál el infante podrá moverse a sus anchas y podrá coger y tocar todo aquello que se encuentre.
El espacio y los materiales deben ser siempre seguros y adaptados. Evitaremos dentro de lo posible, zonas de riesgo dentro de la zona de juego que requieran constantemente de un «no» por parte del adulto. Este aspecto nos dará la tranquilidad depoder acompañar a nuestros hijos desde la distancia que él decida y sin conflictos por la seguridad o la conservación de objetos.

Puntos clave para el desarrollo del juego:

Los bebés  y niños necesitan sentirse seguros con el espacio y con los adultos que lo acompañan, lo suficientemente tranquilo para sentir que no hay peligro y poder dedicar su atención en explorar.

Esto  seguramente  querrá decir  que  van  a  necesitar nuestra  presencia  y  si hablamos de bebés, que  no vamos  a  poder  irnos  de la  habitación sin que reclamen nuestra presencia o la de otra persona. Esto es completamente natural y se irá pasando a medida que el infante madure.
Toda esta  organización del espacio, el  mobiliario  y el  material  tiene el  objetivo de que nuestros hijos e  hijas  puedan  moverse  y  explorar  libremente, de forma autónoma y por propia iniciativa.
No quiere decir solos, quiere decir por sí mismo.

El infante  no solo  se desplaza  para  coger objetos, se mueve para expresar sus emociones, su pensamiento se da en ese movimiento, toma decisiones en ese movimiento y se conoce a sí mismo, a los otros y el mundo en ese movimiento.
No se  trata que si se mueven o no mejor, se trata de cómo han llegado a ese punto, cuál ha sido el proceso y cómo lo han hecho y lo hacen sentir, que imagen le devuelvas de sí mismo y del mundo que lo rodea.
Los objetivos  por los  que se trabaja el Movimiento Libre  son el desarrollo de la capacidad autónoma, un sentimiento de competencia sólido y una personalidad armónica en el bebé/niño/a.

Lic. Marlene De La Cruz Santos
Jefe Técnico del Servicio de Terapia Física

Pikler, Emmi Moverse en libertad. Desarrollo de la motricidad global. Ed. Narcea. Madrid