Primera etapa de crecimiento
Durante la primera etapa de la de desarrollo de los niños a menudo empiezan a caminar de puntillas. Éste hábito puede mantenerse hasta los 2 o 3 años de edad. Sin embargo, la marcha de puntillas (marcha equina) no constituye un estadio evolutivo de la marcha normal por el que tienen de pasar todos los niños.
Algunos niños mayores de tres años persisten con este hábito a pesar de no presentar ninguna alteración neurológica, si bien puede asociarse un leve acortamiento del tendón de Aquiles. Esta situación es conocida como “marcha de puntillas idiopática” (idiopathic toe-walking).
La marcha de puntillas idiopática (MPI) se observa como el patrón de marcha sin apoyo del talón en niños mayores de 3 años.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico y requiere una evaluación médica exhaustiva para descartar alteraciones neurológicas y traumatológicas-ortopédicas.
Se observa una relación estrecha con una disfunción vestibular o de sensibilidad propioceptiva, así mismo con un incremento del tono muscular que lo vinculan con los trastornos del neurodesarrollo (trastorno del espectro autista, trastorno del lenguaje y cognitivo).
Además de dolor y mayor inestabilidad, aquellos niños con “marcha de puntas” persistente, pierden evolutivamente capacidad de flexión dorsal del tobillo, es decir de levantar la punta de pies para realizar una marcha “más normal” lo que finaliza con acortamiento del tendón de Aquiles.
Siempre muestran una alteración bilateral y simétrica (o sea en las dos piernas y con el mismo grado de afectación).
- Pese a que parecen preferir caminar con el patrón de marcha de puntitas, son capaces, al menos los primeros años, de caminar voluntariamente realizando la marcha con contacto de talón en el suelo.
- A menudo en el momento de estar de pie lo hacen con los pies apoyados en el suelo, pero al caminar o correr lo hacen sobre los dedos del pie.
- Hay niños que su marcha de puntillas se exagera cuando caminan descalzos o cuando caminan sobre superficies que aumentan sus sensaciones táctiles (revestimiento, baldosas de frío, hierba).
- En el examen neurológico presenta el tono muscular, los reflejos, la sensibilidad y la fuerza normales.
- En la valoración músculo esquelética se puede presentar limitación en flexión dorsal pasiva del tobillo.
Debido a la funcionalidad en las destrezas motrices de estos niños, muchos de ellos pasan desapercibidos a los padres de familia. Sin embargo, las implicancias osteomusculares como: dolor de rodilla y pie se hacen evidentes en la adolescencia y la adultez.
Dentro de los procesos recomendados para el manejo del pie equino idiopático se considera:
- Existe una variedad de tratamientos para la MIP, desde tratamientos no invasivos, inyecciones de toxina botulínica tipo A, hasta tratamientos quirúrgicos (alargamiento del tendón de Aquiles), escogidos como última opción, en los que los anteriores no muestran progreso alguno.
- Iniciar el proceso de terapia durante el desarrollo del crecimiento óseo y muscular, con un programa fisioterapéutico de estiramientos y fortalecimiento selectivo guiado por un profesional, quien creará el programa de manera particular para cada niño.
Consecuencias de la caminar de puntillas (Marcha Idiopática)
Algunos estudios han demostrado que los niños más mayores, sobre los 4 a 8 años de edad, con marcha de puntillas idiopática persistente muestran una reducción en la flexibilidad de la articulación del tobillo. También pueden acabar provocando deformidades en la alineación del pie. En los niños más mayores y adultos puede provocar molestias o dolor en la pantorrilla, callosidades en la planta del pie.
Por otro lado, también se ha visto que en el momento de cargar el peso estando de pie los niños con puntitas idiopáticas no lo hacen de forma similar a los niños que no caminan de puntillas.
Por este motivo se recomienda la identificación y el tratamiento temprano para evitar el acortamiento adaptativo de los gemelos y la aparición de otras alteraciones secundarias, así como el desarrollo de posibles anomalías persistentes en marcha y/o el equilibrio.
Es por ello importante que, si usted observa esta marcha particular en su pequeño, llevarlo a un especialista, médico rehabilitador, terapeuta físico para iniciar un tratamiento precoz y así evitar futuras alteraciones neuromusculares y deformidades.
Por: Lic. Angélica María Villafuerte Timoteo
Coordinadora del Servicio de Terapia Física
Sede La Molina